Sobre montañas rusas. ¿Qué ha supuesto la terapia en mi vida?

Cuando acaba un proceso de psicoterapia, sea en la fase que sea, pido que hagan un balance de todo su proceso. Yo también lo hago. Es una forma de cerrar un ciclo, de poner en perspectiva lo logrado y evolucionado. Os quiero mostrar un testimonio muy motivador. Devoluciones así son un regalo en sí mismo. Con el consentimiento de ella os lo comparto eliminando algunas partes pare evitar identificarla.

Querida Mamen

La verdad es que me pediste que te diera mi “feedback” sobre lo que ha sido una relación personal-profesional bastante especial para mí y me ha costado ponerme a ello. En parte por la falta de tiempo y por otra parte, porque significa que empiezo a caminar sola lo cual es un abismo al que no estoy segura de saberme enfrentar.

[…] Creo que el progreso está claramente ahí y creo que he aprendido mucho. También mi personalidad me empuja a fijarme en todo lo que no he conseguido y la especie de meseta de progreso en la que siento que he caído.

Una de las cosas que me han gustado de tus sesiones es la cantidad de herramientas que has usado. Como bien sabes o te imaginas, dibujar y escribir me encantaron, me ayuda mucho poner mi arte en un papel y hacer que quede bonito algo que en la realidad es bastante feo. La meditación ha sido una de las técnicas de las que quizá he sido más reacia a acoger, pero por muy poco interés que despertase en mí, tengo que admitir que al final me ayudó en los momentos clave y me ayudó a desbloquearme. Otra de las cosas que recuerdo que me costó un montón fue expresar mis emociones de forma física -soltar un puñetazo a un cojín- sin embargo, creo que me sirvió para darme cuenta de la cantidad de rabia que tenia enquistada. Por último, aprender a verbalizar a contar a la gente lo que me pasa o como me pasa o aprender yo misma a identificar mis emociones y decir: “eh que lo que me pasa es esto” me ha ayudado un montón.

Rememorar nuestras pequeñas reuniones me esta ayudando a recordar una de las cosas que me explicaste que yo he utilizado con medio mundo que me ha pedido consejo: se puede ser fuerte y vulnerable a la vez, y uno no deja de ser fuerte por mostrarse vulnerable. Y esto lo he aplicado a mil millones de tipos de cosas que la gente me ha contado. Otro de tus consejos estrella para mi fueron las profecías autocumplidas, también lo he usado muchas veces para otros y para mi cuando intento explicar porque ese constante autoboikoteo personal al que me someto. La fuerza que tienen nuestros pensamientos y las imágenes que nos creamos sobre nosotros mismos es algo que me parece mágico. Otro de los que me abrió los ojos fue aceptar que todos tenemos diferentes husos horarios y como no es ni mejor ni peor llegar antes o después, creo que eso si lo aplico a muchas cosas y ahora he aprendido a tratar de compararme menos en los demás.

Me alegro de haber podido compartir contigo toda mi relación poco sana con la comida y mi cuerpo. Es algo que honestamente no se como voy a solucionar. Creo que hoy me quiero más que ayer y menos que mañana, quiero pensar que el amor hacia mi persona crece día a día aunque es algo que me cuesta extremadamente. […] Creo que he progresado en este tema contigo, no tengo duda de que el simple hecho de haberlo hablado y de que no me hayas juzgado ha sido un progreso enorme. A parte de todo lo que hemos trabajado sobre la aceptación.

Hoy en día me pregunto si será que estoy rota. Si será que de verdad me he olvidado de ser feliz. O si será que esta última época he forzado tanto la máquina que ahora es cuestión de reajustarla. Yo sé que puedo mejorar todo esto y se que tengo el montón de herramientas que me has aportado. Es una cuestión de ponerlas en practica y activamente hacer por salir del hoyo.

[…]

Eres una molona de las buenas Mamen, eres una gran profesional y una buena amiga. Espero que la vida te vaya bonita, de morado, con muchos desayunos en familia, muchas tardes de manta-sofa y libro y un montón de experiencias compartidas para seguir cultivando tu plasticidad cerebral.

Muchas gracias por subirte conmigo en mi montaña rusa personal de estos 4 últimos años y por todos los abrazos que me has enseñado a dar.

Un beso grande.

—- —- —-

La vida sigue, con altibajos, subiendo y bajando. Como sobre montañas rusas.
Unas veces con decisión, otras con duda. Con miedo, con alegría. Con seguridad, con incertidumbre. Sea como fuere, hay esperanza y deseo, coraje.

Me siento agradecida por la confianza depositada en mí, y por el trabajo realizado.

GRACIAS.

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