Lo que NO es Mindfulness. Aclarando conceptos.

Últimamente mindfulness es la palabra de moda. Usada por unas personas como una especie de solución para todo, y por otras como sinónimo de placebo o algo inútil. Se usa de manera tan indiscriminada que lo que encontramos es mucha confusión, lo que es una verdadera lástima, ya que muchas personas lo desprecian y desdeñan por mero desconocimiento o por hartazgo, en cualquier caso, por causas ajenas a lo que es en sí el mindfulness.

Hay personas que se acercan a estas técnicas llevados por la dictadura de la felicidad imperante, esperando una receta mágica y a ser posible de acción rápida, pensando que su malestar va a desaparecer de la noche a la mañana, y eso es bastante desacertado. Estamos en un momento en el que todo se mercantiliza, la felicidad no es una excepción. Se ofertan un montón de opciones que se exhiben como en un escaparate para lograrla. Parece como si lo que nos tuviera que hacer felices tuviera que venir de fuera, y no tuviéramos que hacer ningún esfuerzo. Yo compro felicidad y la recibo, simple, rápido y sencillo. Por eso no se logra comprender la esencia del mindfulness.

Cuando hablo de mindfulness, bien en mis talleres, bien en redes sociales, o charlando con pacientes o conocidos, me doy cuenta que la mayoría de las veces la conversación se centra en desmitificar lo que es el mindfulness o la atención plena. Su popularidad ha hecho que existan considerables ideas erróneas.

Por eso me he decidido a escribir sobre ello, sobre lo que NO es mindfulness. Me parece muy importante desterrar estas ideas incorrectas, que lo único que hacen es crear falsas expectativas que acaban siendo el caldo de cultivo para la desmotivación y frustración.

¿Qué NO es mindfulness?

1.- No es evasión de tu realidad. El mindfulness es la disposición a ver las cosas tal cual son, aunque duela. Meditar no es huir de la realidad. Es hacernos conscientes de ella. No se puede cambiar ni gestionar lo que no se conoce. Por eso se persigue ser más consciente a la experiencia, tanto interna como externa, ya sea esta positiva, negativa o neutra.

2.- No es resignación, pasividad o desesperanza. Si partimos de las premisas auténticas de una forma consciente, es más fácil que actuemos de una forma más adecuada en función de las circunstancias que nos rodean. Es aprender a vivir con intensidad y honestidad cada experiencia, momento a momento.

3.- No es una nueva religión. No se pelea con ninguna creencia. La atención plena es una capacidad humana, y por lo tanto no es del dominio de ningún grupo religioso ni filosófico.

4.- No es entrar en trance ni éxtasis. No se trata de abandonar o alterar la experiencia, sino de vivirla de una manera más lúcida.

5.- No es un analgésico que se use para huir del dolor. Se trata de aprender a estar con el dolor, disminuyendo poco a poco la resistencia psicológica ante él. La lucha por evitar el dolor suele provocar el efecto contrario, intensificándolo, dando lugar al sufrimiento. Con el mindfulness los componentes emocionales y cognitivos asociados al dolor pueden disminuir, aunque el registro de dolor en sí mismo no varíe. Se aprende a diferenciar entre sensación del dolor y malestar o sufrimiento.

6.- No es dejar la mente en blanco. Se trata de ser conscientes del contenido de nuestros eventos mentales. No se trata de no pensar en nada, más bien al contrario, es llevar la atención a nuestros pensamientos, sin intentar bloquearlos ni luchar por evitarlos para que no cobren más fuerza. Intentar no pensar en algo es pensar en ello dos veces. Se trata de comprender que los pensamientos son solo eso, no la realidad externa. Se trata de desidentifcarnos de ellos, entender que somos más que nuestros pensamientos.

7.- No es una técnica de relajación, aunque a veces se logre la relajación y la calma. Uno de los principios del mindfulness es ir con mente abierta, abrirnos a la experiencia y no buscar resultados concretos. La practica del mindfulness en un momento dado nos puede conectar con ansiedad, miedo, rabia u otras emociones o sensaciones inesperadas.

8.- No es pensamiento positivo. De hecho, es no pensamiento, es aprender a observar los eventos mentales de manera pasajera, sin juicios. No se trata por tanto, de vivir con mayor intensidad los momentos agradables, o de provocar pensamientos placenteros, sino de aceptar la existencia tal cual es. Huir de una vivencia porque esta es desagradable solo genera malestar.

9.- No es buscar la beatitud, el nirvana ni ningún estado de gracia. Se atienden y aceptan tanto los eventos agradables como desagradables cuando surgen. No es un fracaso experimentar aburrimiento, irritabilidad, o malestar en la meditación, son experiencias que van y vienen como las agradables.

10.- No es eludir las emociones negativas. Se observan todas la emociones con toda su viveza, incluidas la difíciles, en lugar de poner en marcha distracciones.

11.- No es individualismo ni egoísmo. El mindfulness va acompañado de ciertas actitudes como la amabilidad, generosidad, paciencia, no juicio, confianza, mente de principiante, compasión, que, a parte de ser actitudes ante la propia vida, se tiene en cuenta a los demás, proponiendo una actitud de humanidad compartida, y una disposición hacia la conexión con los demás. Se promueve que la actitud en la práctica formal se extienda como una actitud vital, siendo más compasivos y más comprometidos con todo y todos los que nos rodean.

Espero que estas breves pinceladas ayuden a vislumbrar un poco de luz sobre este cada vez más popular concepto que es el mindfulness. Que una práctica se popularice es positivo, puesto que más personas se pueden beneficiar. La parte negativa, es que se puede desvirtuar, tergiversar y acabar siendo irreconocible. El mindfulness requiere práctica, dedicación y compromiso. Por eso, si quieres una solución rápida, no tienes paciencia, no vas a ser constante, te da miedo o pereza autoobservarte, si buscas una solución para ser feliz, esto no es para ti. Busca otras opciones y no pierdas el tiempo con el mindfulness.

Si por el contrario, tienes curiosidad, disposición para conocerte y tolerar la experiencia, y no esperas objetivos a corto plazo sin esfuerzo te invito a que te acerques al mindfulness y la meditación de la mano de alguien bien formado y con experiencia, creo que no te arrepentirás.

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Mi trabajo es un regalo la mayoría de las veces, sobre todo cuando ves la evolución y los cambios de las personas que se sientan frente a mí. Os quiero compartir la carta de despedida, previa autorización, de una gran mujer, que vino dañada y se fue fortalecida. Ella mejor que nadie narra el resurgir de las cenizas. Gracias por tu confianza.
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