También te puede
interesar…
Ejerzo una profesión fascinante y bella. Acompañar a alguien que se encuentra mal, a sentirse mejor es tremendamente gratificante, tanto que en nuestro deseo de ayudar a sanar a los demás podemos olvidarnos de nosotros mismos, no hay que dejar de lado que más allá de profesionales también somos personas; personas en constante contacto con el malestar y el dolor ajeno, cuando no con sus traumas.