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Reflexiones de una mamá psicóloga.
Psicología familiar
La muerte es un concepto extremadamente difícil de comprender para los niños, y difícil de explicar para los adultos, ya que además del gran dolor que causa, ni siquiera los adultos somos capaces de entenderla. Aún así es importante no apartarle de la realidad que se está viviendo. Los niños tienen derecho a que les informemos con sencillez y veracidad.
Uno es autoconcepto, este hace relación a los aspectos cognitivos, a la percepción y la imagen, la construcción mental de cómo se percibe cada uno a sí mismo. Lo que creemos que somos capaces, cuales creemos que son nuestras habilidades, lo que sabemos o no sabemos hacer...
Todo el mundo coincide en señalar que la relajación es un estado de reposo o tranquilidad y que es deseable para combatir el estrés del trabajo y la vida ajetreada que llevamos,y los niños también necesitan aprender a relajarse. Puede que no nos acordemos de cuando éramos niños y tengamos idealizada esa fase y la rememoremos de una forma despreocupada y casi ociosa.
Hablar de suicidio nunca es fácil, pero es necesario. Las cifras son duras y frías, pero detrás de cada número hay personas reales, familias que quedan desorientadas, llenas de dolor, de preguntas sin respuesta, de culpa y de silencio. Cada suicidio refleja un sufrimiento emocional profundo, una experiencia de desesperanza en la que alguien no pudo encontrar otra salida.
A un hombre se le pincha la rueda del coche al atardecer en una carretera secundaria mientras circulaba en busca de una estación de servicio y cuando se dispone a cambiar la rueda, con las manos llenas de grasa tras haber explorado el neumático, se da cuenta de que no tiene gato.